Cae la producción de cereal de invierno un 33,9 % en Aragón
Es la consecuencia de la prolongada sequía que ha afectado a Aragón esta primavera unida a las altas temperaturas registradas entre los meses de marzo a mayo. En consecuencia, se han cosechado 1,34 millones de toneladas, un 33,9 % menos que el año anterior. El uso de variedades adaptadas al territorio y la apuesta por semilla certificada ha evitado un mayor descenso de los rendimientos por hectárea.
La campaña del cereal de invierno se cierra con los datos más negativos de los últimos años. La prolongada sequía y las altas temperaturas (llegando a los 35 grados en mayo) son las responsables de “una bajada de producción histórica a nivel nacional”, ha indicado en rueda prensa el responsable de Desarrollo Rural e Innovación de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, Jesús Abadías. “Es el descenso más acusado en los más de 30 años que Cooperativas realiza estos análisis estadísticos”, ha apuntado Abadías.
En Aragón se trabajan 783.403 hectáreas de cereal de invierno y este año se han cosechado 1,34 millones de toneladas. Es decir, un 33,9 % menos que en 2022. No obstante, en la última campaña se obtuvieron las producciones más bajas de los últimos años.
La campaña del cereal de invierno comenzó con buena cantidad de precipitaciones en los meses finales de 2022, a las que siguió una adecuada bajada de temperaturas para provocar la parada hibernal, pero la prolongada sequía y altas temperaturas de primavera provocaron que el grano no se llegara a desarrollar de forma adecuada. “Esto provocó que algunos de los ensayos de Red Arax se tuvieran que anular debido a la imposibilidad de poderlos cosechar”, ha lamentado el jefe de Cultivos Herbáceos del CTA- Centro de Transferencia Agroalimentaria del Gobierno de Aragón, Miguel Gutiérrez.
A pesar de los datos obtenidos, la apuesta por variedades adaptadas al territorio, resistentes a la sequía, a plagas y enfermedades han permitido contener la caída. “Estamos seguros de que si no fuera por la mejora vegetal los datos sería todavía peores”, ha apuntado Jesús Abadías. El uso de semilla certificada ha incrementado este año alrededor de un 40 %.
Teruel, la provincia que más ha sufrido
La climatología ha afectado por igual a todo el territorio aragonés. No es de extrañar que las fincas en secano hayan sido las más afectadas. En la provincia de Teruel se sembraron en esta campaña 178.697 hectáreas de cereal de invierno. Un 7,5 % más que en 2022. Sin embargo, al estar, en su gran mayoría, en secano “han tenido un descenso de la producción que hace años que no ocurría”, ha señalado Miguel Gutiérrez.
Los datos indican que se han cosechado 146.309 toneladas. Respecto a 2022 supone un descenso del 67,5 %. “Los rendimientos medios del cereal en los últimos cuatro años es de 3 toneladas por hectáreas. Sin embargo, en esta campaña se han quedado en 0,82”, ha lamentado Gutiérrez.
Zaragoza ha seguido la misma línea y también ha registrado uno de los peores datos de producción de los últimos años. Aquí la cosecha de cereal de invierno se ha reducido un 58 % respecto a 2022 y se han obtenido 430.305 toneladas con un rendimiento medio de 1,30 t/ha.
En cambio, Huesca es la provincia que menos se ha visto afectada, pero eso tiene una explicación “y es el gran peso que tiene el regadío en este territorio”, ha señalado Miguel Gutiérrez. “El riego, a pesar de las restricciones, ha permitido sacar adelante los cultivos”, ha matizado el jefe de Cultivos Herbáceos del CTA. En esta provincia la producción ha descendido un 8,8 % y se han cosechado 763.300 toneladas de cereal de invierno.
El trigo blando resiste la caída
Desciende la producción de trigo blando respecto a la última campaña, pero es el único cultivo “con una reducción menos evidente”, ha apuntado Gutiérrez. Uno de los motivos es el regadío existente en la provincia de Huesca, pero también ha ayudado a obtener una mejor cosecha las lluvias de finales de mayo y el mes de junio “y una temperatura más agradable que las olas de calor que sufrimos en la primavera de 2022”, ha matizado Gutiérrez.
En los últimos cinco años ha aumentado la superficie dedicada al cultivo del trigo blando en Aragón. En esta campaña abarcaba 187.982 hectáreas y se ha obtenido una producción de 366.836 toneladas.